sábado, 28 de mayo de 2011

La cola de René





Es que quizás encontré el átomo de culpa para recrearme y seguir girando en la rueda de la fortuna.
Es que quizás comeré el fruto que he plantado…y ellos me comerán a mi, sin piernas, sin cuerpo, solo con ruedas…las veo girar, girar rectas…
Y un eco de mis ansias me intenta beber pero ahora solo me permito comer mi estrella.
Y el rey de la soledad me ha echado milagrosamente de su lecho. Pero tengo miedo que se vuelva vampiro y necesite de mí y me beba a mí (la de ahora) que sigo envenenada x mis malos frutos. Entonces lo matare, al pobre vampiro, en su interior, y reencarnaremos en otra (la del futuro)…pero para entonces yo y el vampiro ya seremos sombras que ella (la del futuro) no querrá pisar.
Círculos o algo así
Rectas o algo así
Psicodélicas seguro que si…
Rotaciones temporáneas o no.
Todo vuelve, dicen: lo que uno hace, lo que uno es, lo que uno lee, ¿lo que uno piensa?
Tengo miedo q me choque de frente…
Pero en un circulo uno siempre se termina pisando, pisando la cola, y hasta la cola del perro y pisando los frutos que uno ha plantado y me entere que por eso salen venenosamente marchitos, y el vampiro muere finalmente y yo y todos los que me beban y la soledad que se esconde prefiere morir a ser la simple sombra de la cola de un perro. Y mi perra me mira cuando leo en voz alta lo que escribo y digo “perro”, y piensa que la llamo a ella, y yo escribo y ella no entiende que me tiene a mi pero esta sola, como su cola que la tiene a ella, como vos no entendes que nos tenemos pero estamos solos y por suerte, porque sino, cuando tu te vayas ¿que haría de mi, en ese cuerpo mitad vacío de tu ausencia, mitad lleno de masa sólida de mi? ¿Y que hago ahora con un cuerpo llenito? ¿Que hago mas que caminar en círculos pisándome la cola? esta cola que solo la piso cuando estoy triste y no la puedo mantener estática verticalmente feliz como la tuya René, tu que tienen un rabo autentico y no te lo pisas, y me miras cuando leo perro pero me entendes en realidad cuando digo René y piensas que te llamo…
Y tú que de cachorra girabas, girabas para mordértela. Pero si tú supieras que yo me he pisado el rabo, y giro y giro y camino en círculos. Es que la vida es un círculo, y tu René me miras y no ves esa cola invisible. Menos mal René que nadie ve este cúmulo de ausencia que hoy esta felizmente levantado como el tuyo y que paradoja esto como lo son también los círculos, a veces, cuando son cuadrados.