viernes, 10 de agosto de 2012

LA pELOpinChO


Si ese día te lo dije todo. Te ubique en la Antártida, en Siberia, te trate de freno de mano. Y te recordé mi promesa de no volver a tirarme a tu pileta, diríamos q únicamente en tu pileta, nunca más.
 Todo comenzó una tarde hace como un año, estábamos juntos hace tantos meses y ese día me tire bomba al agua. Me fui hasta el fondo con la seguridad de encontrarme con tus manos. Te veía adentro en la distancia y también a los peces de Marte revoloteando en las profundidades, pude ver los torbellinos de colores por la circulación de nuestro aliento. Y la pileta comenzó a agrandarse parecía como de cien metros d profundidad y desaparecieron sus paredes, todo era un la locura, una de esas lindas alucinaciones. Mis pies se sentían aletas de sirenas pero de repente puff, pun, ufff… En la medida en q pasaba el tiempo, mis pies comenzaron a sentirse enanos, pequeñas teclas de un acordeón desafinado. Cuando estire las manos para alcanzarte, para que me tomes con tersa decisión, solo encontré tu blanda imagen a borrones, fuiste un reflejo de mi idolatridad, un poco de agua coloreada. Nada más. Mis pies y mis manos se ahogaron. Vos no te empapaste la camiseta por mí, sino que te quedaste afuera bajo tus nublados soles. Te falto fuego para la hornalla, guirnaldas para la fiesta. Nunca quisiste perder ni un solo zapatos, te falto el destapador de corcho y sobre todo te falto agua.
Me ahogue ese día. Morí en el fondo de la pileta que me habías llenado para que hagamos juntos la planchita. Hasta al tiburón termine jugando sola. Y entre las abertura de las rejillas se quedo mi alma taponada.
¿Y que paso? Después de eso bebí todo el verano de la sequía de tu amor, y yo que moría de calor me escondí entre tus sombras hasta perder mi figura. Jugamos al carnaval, parecíamos disfrutar. Me tirabas de a baldazos.
Hasta que un día necesite de tu pileta, pero prometí que jamás me volvería a tirar, y así fue.
Cuando te conté de este problema vos te arrodillaste en la tierra y me ofreciste eso. Te pedí que te levantaras porque necesitaba ver tus pies elevados a diez centímetros del suelo. Fue entonces que comprendí que jamás habías estado en una pileta sino sabrías lo que es sumergirse de lleno hasta la cabeza en las aguas mas profundas.
Porque aunque vos me digas que la pileta solo dura dos meses bien llena, que después comienza a vaciarse y el agua a pudrirse, y los juegos ya no divierten y la mariposa tiene vida tan solo por 1440 minutos, que Marte queda lejos y los peces son de la tierra…yo se que el mar tarde un poco mas en desagotarse…
Al otro día yo ya no estaba, me buscaste en tu pelopincho guardada, en los meses de carnaval y solo había nada, a los dos minutos ya no sabias ni que buscabas, había olvido, a los 3 minutos comprendiste que te faltaba agua y seguramente serás feliz… nadando….

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